(Imagen: Andrés Perea. Arquitecto) . Haré una pequeña reseña sobre la clase de master en la que me colé y en la que Andrés, el arquitecto que vemos reflejado en la foto ofreció una clase en la que mostrad su manera de concebir la arquitectura.
Realmente existen algunos puntos que, yo personalmente, le achaco a su forma de hacer arquitectura como el liberar la obra de esa piel que seria el recubrimiento para dejar expuesto la forma constructiva que le resulta tan interesante. El caso es que pretendía insinuar algunos puntos que entendía como mas fuertes y que son los siguientes: El tiempo en la arquitectura, el concepto de sostenibilidad y el amor por las preexistencias.
El tercer punto ya has sido tratado mas de una vez en este blog, por lo que entiendo que por el simple titulo de "amar las preexistencias por encima de todo" queda bastante claro. Sin embargo los dos primeros parecen bastante interesantes, quiero decir, ¿cual es la verdadera meta, proyectar una arquitectura que perdure en el tiempo simplemente o proyectar una arquitectura que sea capaz de adaptarse a los usuarios en todo ese tiempo?, al igual que ahora surgió la pregunta de cuanto dura una obra de arquitectura. Yo personalmente creo que desde que se proyecta hasta que es tomada por el usuario, a partir de ese momento comienza a evolucionar junto con su nuevo compañero, por llamarlo de algún modo. Me gusta pensar que su vida no terminara nunca, que sera llevada hasta donde queramos.
Centrándonos ahora en el tema de lo sostenible, poco tengo que decir salvo que me parece vergonzoso el que tengamos que hablar de sostenibilidad porque en un principio no deberíamos haber llegado a esta situación, aunque a partir de aquí podríamos reconducirnos ¿no?, es que realmente podemos comenzar a tratar este tema de una manera mas seria e intentar el intercambio de radiación, por ejemplo.
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